LAS EMOCIONES RESULTADO DE NUESTROS PENSAMIIENTO

Las emociones resultado de nuestro pensamientos

La gran mayoría de nuestras emociones tienen lugar y son consecuencia de
nuestros pensamientos.
Como pensamos nos sentimos, y viceversa, como nos sentimos pensamos. Y
además como pensamos y nos sentimos, actuamos.

De esta manera, nuestro pensamiento orienta nuestra emoción y nuestra
conducta.

Hagamos un experimento, "No pienses, pero para nada pienses en un elefante
blanco. En sus orejas blancas, su trompa blanca, sus patas blancas.

Por favor, no pienses en ese elefante blanco"…. ¿En qué estabas pensando? En
un elefante blanco, ¿cierto?

Nuestro pensamiento es muy poderoso tanto que si yo me estoy diciendo
continuamente que soy infeliz y que estoy solo, acabaré sintiéndome así
aunque esté rodeado de mucha gente, e incluso acabaré quedándome en casa
y orientando mi conducta hacia la soledad.

Igual que con el elefante blanco, si me planteo objetivos en negativo, por
ejemplo "No voy a fumar", cada vez que lo piense acabaré deseando más y
más un cigarrillo.
En cambio si me formulo objetivos en positivo ("Sólo fumaré dos cigarrillos
hoy") o con conductas alternativas ("cuando tenga ganas de fumar saldré a dar
un paseo"), mi emoción será más optimista y orientaré mi conducta hacia el
éxito.
Busca situaciones que te animen.
Genera gozo.
Sin duda una mente negativa dificultará tener una vida positiva, así que es
necesario un cambio de actitud.

Para empezar analiza qué, cuándo y cómo piensas, y busca reformular
pensamientos negativos por otros más proactivos y resolutivos. Nuestros
pensamientos y emociones influyen en nuestras decisiones, así que vale la
pena pararse a observarlos de vez en cuando.
Te invito a que lo pruebes.

Desapegos

«Desapego es soltar lo viejo, sin que lo nuevo haya llegado aún»
-Nisargadatta-

Desapegarnos es liberarnos o apartarnos de una persona, una cosa o un
problema con amor. Cuando más necesitas desapegarte es cuando esto parece
ser lo más lejano o lo menos posible de hacer.
Mental, emocional y a veces físicamente nos desembarazamos de nuestro
involucramiento insano (y a menudo doloroso) con la vida y responsabilidades
de otra persona, y de los problemas que no podemos resolver.
El desapego se basa en las premisas de que cada persona es responsable de sí
misma, en que no podemos resolver problemas que no nos corresponde
solucionar, y que preocuparnos no sirve de nada. Adoptamos la posición de no
meternos en las responsabilidades de otras personas y en vez de ello, de
atender a las nuestras.
Luchamos para discernir qué es lo que podemos cambiar y qué es lo que no
podemos cambiar. Luego dejamos de tratar de cambiar aquello que no
podemos. Hacemos lo que podemos para resolver un problema, y luego
dejamos de preocuparnos.
El desapego implica “vivir en el momento presente”, vivir en el aquí y ahora y
nada mas, hermano, hijo del sol, no hay pasado no hay futuro; HAY AHORA…

EL TIEMPO ¿hacemos mal uso? ¿Es por eso que no
vivimos en el ahora?

Quizá la mejor manera de vivir esta experiencia es darnos cuenta de que la
palabra presente se relaciona con la palabra presencia.

Cuando haces mal uso del tiempo, el problema no está en el nivel del tiempo.
Es imposible mantener una relación con alguien a quien no prestas atención, y
en tu relación con el universo, la atención se presta aquí y ahora, o no se
presta en absoluto. De hecho, no hay más universo que el que percibes en
este instante. Por tanto, para relacionarte con el universo debes concentrarte
en lo que está frente a ti.

“Ayer es historia, mañana es un misterio, pero el hoy es un
regalo, por eso lo llamamos presente”.

Frase que el maestro tortuga Oogway dice a Kung Fu Panda

“La totalidad de la creación es necesaria para provocar el momento
presente”.

El momento presente es en realidad una abertura, y por tanto no tiene
duración: estás en el ahora cuando el tiempo deja de existir.
Quizá la mejor manera de vivir esta experiencia es darnos cuenta de que la
palabra presente se relaciona con la palabra presencia. Cuando el momento
presente se llena de una presencia que todo lo absorbe, en completa paz y
con total satisfacción, estás en el ahora.
La presencia se siente cuando la conciencia está suficientemente abierta.
Si somos conscientes de cómo nos sentimos en cada momento, de lo que
queremos y lo que nos hace sentir bien y mal, podremos decidir aquellas cosas
en las que vamos a centrarnos. (“ganaremos tiempo”)
Vivir el presente es estar en una dimensión fuera del pasado y del futuro,
vivir el instante es puro conocimiento y sabiduría.


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